martes, 31 de mayo de 2016

"VIDA Y DESTINO", Vasili Grossman

RESEÑA NOVELA

"Vida y destino", de Vasili Grossman (19051964) - Obra monumental, imposible de resumir en pocas líneas, es continuación de Por una causa justa, pero narrada en tono radicalmente distinto. Mientras ésta se mantiene en sintonía con el régimen estalinista, Vida y destino pasa a cuestionar ese mismo régimen, a raíz de la experiencia y reflexión acumuladas del autor. La trama gira en torno a la familia Sháposhnikov, las hermanas Liudmila, Yevguenia, Marusia y Dmitri, el hermano, cada cual con su propia circunstancia, que se extiende y ramifica entre esposos, hijos, amantes, etcétera, en el marco y referencia de la batalla de Stalingrado. Los numerosísimos personajes, todos con su personalidad bien definida, abarcan desde los oficiales de los ejércitos soviético y alemán, hasta los prisioneros de ambos bandos, pasando por combatientes, científicos y figuras históricas como Hitler, Stalin y generales, éstos sin más objetivo o interés que cumplir con su deber como soldados. Los ambientes y escenarios son también diversos, entre campos de batalla, de concentración, lugares campesinos, científicos y urbanos, y la ominosa prisión de la Lubianka, destino de los caídos políticamente en desgracia, de donde ‘miles de personas (...) desaparecían para siempre’. La trágica tesis de la obra, que ocasionó su secuestro, radica en que, luchando la población soviética contra el totalitarismo hitleriano, paradójicamente estaba afianzando y consolidando un régimen de similar naturaleza, tan abyecto e inhumano como aquél. En algún lugar de la novela cuya riqueza, como decimos, resulta imposible de reflejar en breve espacio, muestra el autor, por boca de personajes recluidos en un campo, su extrañeza por los propios compañeros de causa, mostrándose más cercano a los de pensamiento opuesto, pincelada de humanidad, entre tantas que salpican el libro, intolerable para el comunismo. Canto a la libertad e individualidad del hombre, irreductible a cualquier uniformización, por encima y más allá de ideologías. La novela, escrita hacia el final de la década de los cincuenta, no logró ser publicada (en Suiza) hasta 1980… mucho antes, bien mirado, de los doscientos años que se afirmó debería permanecer sin ver la luz, por peligrosa. El estilo es el del llamado realismo socialista, pero su espíritu se sitúa decididamente en las antípodas. Una de las grandes novelas rusas del siglo XX, comparada en hondura y ambición a Guerra y paz y Doctor Zhivago.

lunes, 30 de mayo de 2016

AFORISMOS CON LA MANO DEL REVÉS

A lo derecho y también a lo torcido

UNO: Se confunde mucho misericordia y laxitud. Misericordia consiste en aceptar al que quiere volver al buen camino. Laxitud es prestar su coartada al que porfía en seguir el malo.
DOS: Delfín y tiburón se asemejan por la aleta que asoma en superficie. Pero confundirlos suele acabar en el desastre.
TRES: El vocablo ‘jueza’ designa a una mujer que es juez y que está ideologizada.
CUATRO: El humor se inventó para lo serio.
CINCO: El cielo, lo de arriba. El infierno, lo de abajo. La tierra, lo del medio. No es tan difícil de entender.
SEIS: Ampliación de derechos y merma de la libertad son las dos caras de la misma moneda. A ver cuándo te enteras.
SIETE: No hables tanto y di algo.
OCHO: A veces, el peso que llevas es tan grande que no lo puedes llevar solo. A buen entendedor.
NUEVE: La mujer forzó al hombre a salir del Paraíso. Ahora es el hombre el que la conduce hacia el infierno.
DIEZ: El que se queda sufre más que el que se va.
ONCE: Tiempos aquellos que jamás existieron y que, por ello, nunca volverán.
DOCE: Últimamente se lleva ‘lapidar’ al hombre, entendido éste como sujeto masculino.
TRECE: Una de las frases más abyectas que se pueden pronunciar: ‘Algo habrá hecho’.

domingo, 29 de mayo de 2016

"LA CASA INFERNAL", Richard Matheson

RESEÑA NOVELA

"La Casa Infernal", Richard Matheson (19262013) - La Casa Belasco, situada en algún lugar de Maine, está considerada como el Everest de las casas encantadas: lo que allí sucede no tiene parangón con ninguna otra casa en el mundo. En 1940, un equipo de investigadores fracasó en su intento de desentrañar sus pavorosos misterios. Sólo uno de ellos logró sobrevivir. Treinta años más tarde, el millonario Randolph Deutsch, muy enfermo y al fin de su existencia, envía a la mansión un nuevo equipo, con el objetivo de dilucidar si existe vida después de la muerte. El grupo está integrado por el doctor en Física Lionel Barrett, su mujer Edith, la médium espiritualista Florence Tanner y Benjamin Franklin Fischer, este último, el sobreviviente de la malograda expedición. Para culminar su tarea cuentan con el plazo máximo de una semana, curiosamente, en las fechas navideñas. El equipo se dirige a la casa. La tensión entre los integrantes del equipo, muy en particular entre el doctor Barrett y la médium, con hipótesis enfrentadas sobre el fenómeno, correrá en paralelo con la hostilidad extraordinaria del lugar, no sólo ya en el campo material, sino incidiendo con perversa inteligencia en la personalidad de cada cual. Lo que ocurría en esa casa en el pasado, bajo la dirección de su dueño, Emeric Belasco, sofisticado, maligno, cruel, encantador, lanzará su zarpa hacia el presente, haciendo extremadamente difícil, y acaso imposible, la tarea. Esta novela es posiblemente la mejor en su particular y clásica temática, no en vano el autor es uno de los más conspicuos representantes de la ficción fantástica y de terror, con títulos como Soy leyenda y El increíble hombre menguante.

jueves, 26 de mayo de 2016

10 FRASES PARA EMPEZAR CON FUERZA LA SEMANA


(Hay dos modalidades de enfrentarse a estos renglones: leerlos o pasar. Mi consejo sincero, aunque hipócrita, es el segundo.)

1) Si no la empiezas con fuerza, va a ser muchísimo peor. Así que ánimo.

2) La semana terminará algún día. Dicho esto en lunes, parecerá una burla odiosa. El martes, la afirmación seguirá pareciéndote repugnante. Así, de día en día, entre asco y repulsión, habrá llegado el fin de semana.

3) Márcate para el primer día de la semana -o sea, para el lunes- un objetivo de orden pasivo. Lo puedes llamar ‘nicho de pasividad’, que es denominación que me acabo de inventar, a ver si cuaja.

4) Tira algo por la ventana, a ser posible tiesto o similar. La gravedad incorporará al objeto la fuerza de que tú careces. Te sentirás fantástico, pero hazte el sueco cuando la policía suba a tu piso a investigar.

5) Trae un saco de patatas del supermercado. Traer, traer, no es necesario que lo hagas. Con decirlo, vale. Que te traiga el puto saco un mozo.

6) Inspira hondo y a continuación espira lentamente. Muchísimo cuidado con confundirte de verbo y expirar, así, con equis. Te va la vida.

7) Piensa en hacer abdominales. Pero no los hagas, sólo piénsalo.
8) Ofrécete a ayudar en lo que sea. Tu fuerza y autoestima subirán, aunque luego no cumplas tu promesa. Sobre todo, si no cumples tu promesa.

9) Piensa en una manada de hipopótamos y en el potencial mecánico que reúnen entre todos. No mucho tiempo, puede agobiarte.

10) Un terremoto despliega una fuerza que, si le das vueltas, impresiona. No le des vueltas.

miércoles, 25 de mayo de 2016

CIUDAD EN LA LUNA

(ENIGMA)

Los rumores venían circulando desde hacía tiempo: si existía una ciudad en la Luna o era sólo elucubración fantástica y poética de un grupo de iluminados. Finalmente, hemos podido confirmar que, en efecto, se erige en nuestro satélite una construcción artificial que merece el nombre de ciudad, aunque sus dimensiones son más reducidas, del tamaño de un puebluco.

¿Cómo nos hemos enterado? No podemos revelar la fuente, que sigue en la Luna y su vida podría peligrar, por bocas. (Si tenemos necesidad de darle un nombre, con Menéndez vale, aunque más bien responde por García.) Estamos, en cambio, facultados para dar a conocer un documento proveniente del satélite, correspondiente a lo que cabría denominar ACTAS DE LA REUNIÓN ORDINARIA DE LA COMUNIDAD DE VECINOS DE LA LUNA. Por ‘comunidad de vecinos’ hemos de entender al poblaco ése.

El Acta es como sigue:

Convocada la comunidad, en el salón de actos destinado para ello, a tantos de tantos, del año tantos, a las 19:00 horas, en primera convocatoria, 19:30, segunda convocatoria, los siguientes miembros: (aquí, los nombres de los vecinos), con el siguiente

ORDEN DEL DÍA:

1) Lectura y aprobación (en su caso) del Acta de la reunión anterior. El Acta se aprobó con fruncimiento de ceño en el caso del vecino del Bloque nº 4, encogimiento de hombros por parte del mismo, siendo esto acompañado por bufido de su consorte. (El indicador de oxígeno entra dentro de los parámetros aceptados.)

2) Cambio de cargos. El Presidente entrante y el saliente, serios como patatas ambos. Murmullos. (El indicador de oxígeno sube una micra.)

3) Presentación de cuentas y aprobación (en su caso). Se aprobó, tras examen minucioso de facturas por parte del vecino del Bloque nº 4, que cuestionó la pertinencia de algunas partidas. (El indicador de oxígeno sube más micras.)

4) Presentación del Presupuesto. Se presentó el Presupuesto, aunque su ejecución no le quedó ni medio clara al Presidente entrante. El Presidente saliente y el entrante pactaron reunirse luego, primero dijeron que en el bar, luego en la sala de calderas ante la negativa de la Comunidad a abonar las consumiciones en el citado lugar de hostelería. (El indicador de oxígeno deja el verde y entra decididamente en el naranja.)

5) Sugerencia de derrama para reparación de la caldera. No hubo acuerdo. En su lugar, se sugirió colocar unas gomas que, dada la menor gravedad lunar, habrían de aguantar suficientemente, siempre en el caso de un uso correcto y ‘siendo personas’, según expresión de la consorte del vecino del Bloque nº 4. (El indicador de oxígeno, entre naranja y rojo.)

6) Sugerencia de derrama para reparación de bomba de agua. Tampoco hubo acuerdo. Pero si las gomas sirven para la caldera, también serían susceptibles de utilizarse aquí, esto se dijo. Hubo sus dudas. (El indicador de oxígeno se pasa ufanamente al rojo.)

7) Sugerencia de derrama para sustitución de placas de cubrimiento de la ciudad (lunar). No hubo acuerdo, esgrimiéndose la razón de que, dada la carencia de atmósfera en la Luna, las citadas placas de cubrimiento de la ciudad (lunar) en modo alguno han podido sufrir desgaste. Y como tampoco se ha precipitado meteorito alguno sobre ellas (aquí la Comunidad cruzó los dedos), pues que se quede todo como está. (El indicador de oxígeno, como un tomate.)

8) Ruegos y preguntas. El vecino del Bloque nº 4 acusó de mirar turbio al del Bloque nº 3. Se instó al vecino del Bloque nº 4 a que presentara disculpas al agraviado. Las facciones de aquél adquirieron el color del adobe ferruginoso de la Tierra, lo que se consideró aceptable por unos sí y por otros no, quedando esto así reflejado en aras a lo que pudiera ser. El vecino del Bloque nº 3 afirmó que el regolito levanta mucho polvo, por lo que se ruega a los vecinos en general a que pisen la superficie (lunar) con mucho cuidado y, al regreso, se limpien bien luego las botas en el felpudo de la cámara de descompresión. El vecino del Bloque nº 4 dice que él pisa como tiene necesidad, obligado por su pierna, que le duele; a lo que añade que el regolito se vuelve a posar rápidamente en la superficie, sin otros efectos, en particular adversos, para nadie. Este mismo vecino del Bloque nº 4 asegura haber crecido un palmo desde que se instaló en la ciudad (lunar), motivo de preocupación para él por su posible incidencia en la salud. Se le arguyó que en el resto de habitantes de la ciudad (lunar) concurre parecida circunstancia, debido a la gravedad menor respecto de la Tierra, pero que no le dan apenas importancia. A lo que se agregó que, en cualquier caso, esto no sería competencia de la Comunidad, sino del Servicio de Salud, que depende de la Tierra. Ante lo que el vecino del Bloque nº 4, apoyado por su mujer, que se puso de pie sobre su asiento, perdió la compostura, manifestando que ellos, los del Bloque nº 4, son siempre los más perjudicados y que ya estaba bien. El vecindario dejó a la pareja desfogarse, prosiguiendo la reunión al cabo de siete horas y media, según el reloj atómico que figura en la sala. (El indicador de oxígeno, decir como un tomate es poco.)

Con muchas más cosas que tratar, pero dejándolas de lado, se disolvió la reunión a las tantas de la noche, siendo ya tarde para nada, excepción hecha de irse a dormir un par de horacas. (Reparar el indicador de oxígeno, que hay que reconocer que se ha portado. Pedir presupuesto y proponer derrama. El reloj atómico también mirarlo, atrasa.)

En la colonia lunar, fecha de tantos, etcétera.

martes, 24 de mayo de 2016

"LA JAURÍA HUMANA" (The chase), Horton Foote

RESEÑA NOVELA


La jauría humana (The chase), de Horton Foote (1916 2009) - Un pequeño enclave del estado de Texas, a mitad del siglo pasado. La fuga de Bubber Reeves de la penitenciaría donde cumple condena provoca alarma y, sobre todo, conmoción entre sus habitantes. Se tiene constancia de que Bubber se dirige al pueblo, donde se crió. Quien más, quien menos tiene una cuenta que saldar con él. Unos por culpa, otros por omisión, nadie deja de sentirse oscuramente responsable de su destino. El operativo puesto en marcha para su captura ofrece sólo una duda: si el muchacho conseguirá salir vivo o será necesario abatirlo. El sheriff Hawes se moviliza junto a sus ayudantes, en medio de masiva expectación. La persecución saca a la luz los peores aspectos de los habitantes del lugar. El autor, principalmente guionista y dramaturgo, mantiene el pulso narrativo, no decayendo en ningún momento el ritmo, a lo que contribuye el nítido trazado de todas las figuras: los padres de Bubber, que hacen lo posible para que se entregue; el sheriff, aquejado del hastío de su cargo, cuyos largos años de trabajo hacen dura mella en él; su esposa; los matachines del lugar, alcohólicos y adúlteros que convierten la operación en un festejo, moviendo en contra del sheriff las oscuras aguas de la opinión; el acaudalado Mavis; la señorita Mattie, que vive con su madre; negros y subalternos de distinta clase. Todo lo cual conforma una amalgama que difícilmente puede desembocar en nada bueno. La novela muestra con demasiada claridad que las comunidades suelen sostenerse en equilibrio muy precario, bastando un suceso no previsto, máxime de la naturaleza que se narra, para desencadenar la catástrofe. Arthur Penn llevó esta obra al cine, con guión de Lillian Hellman y elenco de lujo, con Marlon Brando, Robert Redford y Jane Fonda, entre otros.

lunes, 23 de mayo de 2016

AFORISMOS DE SALDO Y OCASIÓN

A la mera y simple circunstancia

UNO: Será bobada, pero cómo se escribirá mi nombre en arameo.
DOS: La belleza y lo bonito son conceptos radicalmente distintos. No es raro que se opongan entre sí.
TRES: Si no sabes dónde poner la hache intercalada en esas palabras que, desdichadamente, la llevan, creo que vamos a ser buenos amigos.
CUATRO: Robar no deja de ser una forma de empatía con el despojado. Empatía perversa, equivocada, pero empatía.
CINCO: Cuando un niño sonríe en medio del desastre, a ese niño hay que observarlo con muchísimo cuidado.
SEIS: Si el corazón te indica una cosa y la cabeza la contraria, tendré mucha curiosidad de ver por dónde sales.
SIETE: En el fondo, su importancia es relativa en comparación con sucesos más hondos, pero que se te quemen las lentejas es una de las cosas más irritantes que te pueden suceder en la vida cotidiana.
OCHO: Nadie es realmente admirable.
NUEVE: La duda que corroyó a Colón secretamente durante su primer viaje: que la tierra fuera en realidad plana y el océano concluyera en el abismo.
DIEZ: Hay quien se ha leído la guía telefónica y lo recuerda todo. Pero son los menos.
ONCE: Tengo el decidido propósito de morirme sin haberme tirado en paracaídas ni una sola vez. Si el avión tiene problemas, puedo hacer una excepción.
DOCE: Las leonas hacen en realidad todo el trabajo.
TRECE: Cuánta gente cambiaría la multa por una bofetada. Sería igualmente disuasorio, pero el Estado recaudaría menos, eso sí.


domingo, 22 de mayo de 2016

"EL PÁJARO DE FUEGO", Lajos Zilahy

RESEÑA  TEATRO

"El pájaro de fuego", Lajos Zilahy (18911974) - Título tomado del famoso ballet de Stravinski, al que se alude intencionadamente al final. Viena. El barón Keller reside con su esposa Isabel y su hija Marieta en un bloque de viviendas del que el primero es propietario. El resto de los pisos los ofrece el barón en alquiler. Allí recala el famoso actor Pablo Gabriel, que ha conseguido triunfar después de dura lucha. Audaz y frívolo, es asediado sobre todo por jovencitas que le piden humildemente su autógrafo. Este personaje va a constituir, muy a su pesar, el meollo de lo que a continuación va a suceder. Una noche, en efecto, resulta asesinado de un disparo. La policía tomará declaración a los residentes: el portero y su mujer, el administrador, un médico, inquilinos, además de la distinta servidumbre de los pisos, sin olvidar, lógicamente, al propio barón y su esposa. Son interrogados también la antigua novia del actor, con quien tuvo un hijo, y el sastre del teatro, que no vive allí, pero que sirve como ayuda de cámara del artista. La investigación experimenta un giro drástico cuando el administrador del bloque atestigua haber visto una noche a una mujer subiendo de la casa del barón al piso de Gabriel. Este drama policíaco en tres actos tiene el poderosísimo aliciente de venir de mano de uno de los principales novelistas y dramaturgos húngaros del pasado siglo, que ahonda con maestría y fluidez en el alma de cada personaje, presentándonos una solución absolutamente inesperada, expresión en cierto modo de los tiempos nuevos que, en el campo social y del comportamiento, se venían anunciando por la época.

jueves, 19 de mayo de 2016

UN PRÓLOGO DE CAMILO JOSÉ CELA (Y II)




Sobre las cuatro actitudes del escritor ante el político, según prólogo de su autor a “La colmena”, lo primero que debemos apuntar es el irrisorio papel que cumple en la Historia, la grande y la menuda, esa curiosa figura empeñada en anillarnos el hocico.

El escritor siempre se ha cegado con el político, de una u otra forma. Quizá sea inevitable, al ser éste quien, con una mano, distribuye las gabelas y, con la otra, te entrega sin titubeos al capricho del verdugo.

“Al escritor que se hubiera cambiado por el político”, dice Cela, “sucedió el escritor que se conformaba con marchar al remolque del político”. Ambas aficiones son letales, como cualquiera advierte (menos las dos clases de escritores señaladas).

“Al escritor que se siente lazarillo del político (...) seguirá el escritor que lo despreciará”. De la primera muestra tuvimos ya bastante, en al menos un siglo de adhesiones fanáticas e inquebrantables, que algunos pretenden dilatar, últimamente más, porque siempre habrá jóvenes que querrán resucitar lo viejo, tú me entiendes.

Lo saludable es lo último: un desprecio educado, que lo cortés no quita lo valiente (los torpes suelen confundirlo, y es entonces cuando hay que desembolsar el filo). Un desprecio indesmayable, mantenido a ultranza y contra todo viento o marea, aunque ya no te inviten a los sitios, que visto uno, vistos todos y cada vez se tiene más pereza de ir donde no quieres.

Al fin y al cabo, lo que escribes quedará para los tiempos venideros, así rechinen dientes, que para entonces estarán echando en la huesa su eterna sonrisa estupefacta. Como nosotros, pero la nuestra será de carcajada porque al final y, con perseverancia, habremos ganado la partida…

La gente vive engañada y bajo el efecto de la “foto fija”: lo que es hoy, será mañana y de idéntica manera. Pero nada más mudable que la vida, que no cabe en ningún molde y esto, mejor que nadie, lo sabe el escritor.

No decimos que sea verdad cómoda, que ninguna lo es. Y si no que se lo digan a Miguel Servet y a Galileo, que se negaron a casarse con su mentira de época y en su cruz llevaron su calvario.

El político es el remero en el estanque del domingo de la Historia. Dicho igual, que no se aventura descubriendo el Orinoco. Y cuando las aguas suben un poco de calado, comienza a ponerse nervioso y a sudar, haciendo nada airosos aspavientos por ganar la orilla y convidar a las señoras a barquillo.

Llega el momento en que sólo quisieras leer tus propios libros. Llega el momento en que no quisieras leer libros. No digamos escribirlos. Con lo fácil que hubiera sido convertirse en protésico dental, cazador clandestino de avutardas o torcido manejador de los públicos caudales, aunque te pillen con las manos en la masa, pero las veces que te libras, qué.

Habría que borrarlo todo y empezar de nuevo... con la salvedad de que iríamos a parar al mismo mar, ni siquiera en bajel más aparente, y calafateando el buque para que no entre demasiada agua en la sentina.

Es un libro viejo “La colmena”, se ha convertido en persona de fiar. Su fabulador no necesitó del concurso del político para poblar su ficción de personajes, como tampoco nos necesitan gatas para preñarse en los tejados. Pues entonces.

miércoles, 18 de mayo de 2016

DE CINE, DE TEATRO, DE NOVELA... Y UNA FÁBULA (A la jeta de los jetas)

(DISPARATE)

Es tema recurrente que, como el Guadiana, aparece y desaparece: el divorcio del cine con el público. Y como siempre, se buscan culpables o, al menos, responsables, que en España es sinónimo de culpables. Que si la falta de ayudas (?), que si el cine americano, que si la gente es beocia, que si el señor que vende palomitas…

Paralelamente, la “gente del teatro” incurre en similares jeremiadas, abundando en que el personal acude poco a verlos y que estos se lo pierden. (No faltan voces sensatas que rozan el meollo del problema, pero sin terminar de hacer diana.)

En cuanto a la novela, saben Uds. perfectamente la opinión de esta triste y patética columna. Encontrar una novela buena, escrita por un autor que no esté criando malvas, es empeño dizque imposible en este solar donde nos colocó el ángel del Señor cuando tuvimos que abandonar el Paraíso.

Tenemos multitud de películas, pero no cine. Innumerables representaciones teatrales, mas no teatro. Y montañas de novelas publicadas ahora por la crisis, gracias a Dios, muchas menos, sin que pueda hablarse de novela. (Excepciones no vamos a decir que no las hay, pero se cuentan con los dedos de una mano.)

Quizá no valga la pena incidir más en esto, que podría ser noticia y no lo es al haberse constituido en el pan nuestro de cada día.

En vez de ello, contaremos una fábula. (La doy apelotonada, un poco ladrillo, como su tema.)

Y es que había una vez una nación que gobernaba un dictador bajito, al que todos afeaban su conducta, y en lo que atañe a la cultura se decía que impedía surgir nada válido bajo su sombra, que era alargada al pasear bajo el crepúsculo. Pero el dictador murió, que es el destino común de los humanos, si hacemos caso a la estadística. Se descorchó cava, que entonces lo llamábamos champán, y el mundo de la cultura, y los demás, se frotó las manos mascullando “ésta es la nuestra”. Se reclamó imperiosamente la publicación de ficciones que la censura, eso se hablaba, había impedido que salieran del cajón: no hubo ninguna. El cine sí ganó: señoritas desnudas siempre que lo exigiera el guión, aunque tampoco hacía falta llenaron con sus jocundas expansiones las pantallas. El teatro incidió feliz en esta línea. Se soltaron tacos. Pero el talento, como si el general de pocos palmos se lo hubiera llevado con él bajo la losa. Trajinaron los cerebros, llegando a la siguiente conclusión: supliremos calidad con cantidad, que, como la gente es tonta, se lo tragará hasta que ideemos otra. Vino un gobierno y se marchó. Llegó otro y también hubo de irse. Apareció un tercero, un cuarto y ni se sabe cuántos más, pero tampoco le pudo poner el cascabel al felino, que arañaba. Y como en la canción, fueron pasando los días, fueron pasando las semanas. Años, lustros, décadas, los forrenta años, que diría Forges. El público se fue desanimando, desertó. El personal culto, los de gafas, se apiñaba entre sí como los gatos en invierno. Se propusieron muchas soluciones, pero no la solución. Había que comer. Que beber. Que viajar. Sobre todo, que beber y viajar. La vida padre. Nada podía poner en peligro las piscinas (en el fondo, comprendían a los que se pasaron a McCarthy). Fin

¿Ha gustado esta fábula? A mí tampoco.




martes, 17 de mayo de 2016

"FAUSTO Y ANNA", Carlo Cassola

RESEÑAS NOVELA

"Fausto y Anna", Carlo Cassola (19171987) - Novela de amor, de la pérdida de ese amor, de su nostalgia y de la guerra. El título ya encuadra el tema, dentro de lo que suele llamarse la peripecia histórica. Italia, ante la llegada del fascismo. Fausto, estudiante de instituto, se enamora de Anna. Los jóvenes mantienen relaciones principalmente a distancia, entre el campo y la ciudad, incorporando buena gama del sentimiento amoroso a esas edades, desde la exaltación al sacrificio, pasando por los celos y aspectos, por parte de él, poco encomiables. La llegada de la guerra modifica drásticamente las vidas de ambos. Fausto se incorpora a la guerrilla, lo que le hace conocer los aspectos menos heroicos de la lucha, haciéndole cuestionarse sus premisas anteriores. Anna sigue encarnando lo que el mismo Fausto, apropiándose de la terminología marxista, que en el fondo le repele, denomina trayectoria pequeña burguesa provinciana. Espléndido documento de una época crucial de la vida italiana, caracterizada por el ideal político, fascista en unos casos, comunista en otros, en ocasiones sucesivamente ambos, las ilusiones de la juventud y las decisiones que es necesario tomar siempre, que conducen a la felicidad, nunca del todo pletórica y con inesperadas sombras, o a la vida sin la perspectiva del amor. Personajes memorables, como los propios Fausto y Anna, la prima de ésta, Nora, merecedora de mayor suerte en la vida, y las generaciones anteriores de los padres. En su momento, la novela no se consideró del todo políticamente correcta, principalmente por el retrato que hizo el autor de la Resistencia, pintada de manera verídica aunque menos refulgente de lo que hubieran deseado sus defensores o partidarios.

lunes, 16 de mayo de 2016

AFORISMOS DE LO QUE YO TE DIGA

A lo que yo te diga


UNO: En aquel confín del universo, en aquel remoto lugar de la galaxia, existía una mujer que sabía descorchar una botella.
DOS: Esa misma mujer, en ese mismo rincón del universo, también se daba maña con las latas de conserva, los frascos de espárragos, tomate frito, pepinillos, cebolletas, remolacha en tiras o en rodajas, y no te puedes imaginar qué más.
TRES: Un hombre no lo es de verdad hasta que no ha levantado con sus propias manos una cabaña de troncos, con anexos.
CUATRO: Se hace lo que se puede. Y lo que no se puede, tampoco pasa nada si se intenta.
CINCO: La mujer joven se diferencia de la más mayor en que tampoco se hace ninguna ilusión sobre los hombres.
SEIS: La madre es lo más grande que hay. Pero si la llamas gorda, entras en un terreno muy distinto.
SIETE: En el desierto, la vida social es reducida.
OCHO: Si te vas dando un portazo, desmereces luego mucho si regresas porque te has olvidado del paraguas.
NUEVE: Nunca he leído un libro encuadernado en pergamino. No sé lo que esto dice sobre mí. O sobre el libro encuadernado en pergamino.
DIEZ: Los padres son inteligentes y fuertes y las madres cariñosas y buenas. Disney quiere rodar algo sobre esto.
ONCE: Cuando se te escapa el autobús, no es indecoroso perseguirlo echando el bofe. Si te miran, la cosa cambia.
DOCE: Entre perro y gato, hay quien prefiere tener un guacamayo.
TRECE: El león come con auténtico apetito.