"El fin de la Eternidad", Isaac Asimov (1920–1992) - Los viajes en el tiempo son posibles. Andrew Harlan trabaja para la Eternidad, complejo espacio-temporal que se extiende miles de años en ambas direcciones. Su tarea consiste en realizar los cambios necesarios, con objeto de preservar la estabilidad a través de los siglos. Los cambios no son percibidos por los afectados de cada época. Todo discurre conforme a la rutina, hasta que aparece una mujer y la impasibilidad de Harlan se ve afectada. Por primera vez desde que fue seleccionado para su misión, siente el deseo de traicionar a sus superiores. El castigo, de ser descubierto, sería la muerte. Mezcla de ciencia ficción y thriller, sobre el fondo de una historia de amor que debe superar la desconfianza, se nos ofrece aquí un planteamiento filosófico acerca de la ingeniería social, campo muy vinculado a la ficción científica desde los comienzos del género. ¿Es aceptable cualquier medio para lograr la felicidad de los ciudadanos? ¿Y se les debe usurpar la responsabilidad -por otro nombre libre albedrío- bajo el pretexto de su menor información? La novela que comentamos responde a este y otros interrogantes, de la mano de uno de los maestros canónicos de la ciencia ficción. La tensión narrativa y el suspense no decaen en ningún momento.