UNO: El tema NUNCA da la medida o el valor de la novela. Con un tema grande, se puede pergeñar un bodrio; y con un asunto baladí, una obra excelsa.
TRES: El estilo –sólo el estilo– señala el rango de la novela.
CUATRO: No confundir estilo y estilismo. El estilo es virtud; el estilismo, defecto. CINCO: Estilo es la manera propia de expresarse y tiene que ver con la “eficacia” al comunicar o trasmitir. Un buen estilo es aquel que presenta viva y atrayentemente el asunto; pero sobre todo, con verdad.
SEIS: Estilismo es preocupación exclusiva por las palabras, al margen de su significado. Es una suerte de onanismo.
SIETE: Escribir fácil es difícil; escribir difícil es fácil. El escritor “oscuro”, en muchos casos, no teniendo nada que contar, enturbia sus nimiedades con escritura rimbombante.
OCHO: Tampoco se debe confundir sencillez con simpleza. A la sencillez se llega tras arduo trabajo. La simpleza es eso: simpleza.
De novela o a ver si nos termina de entrar bajo el peinado II
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Me parece un admirable honor y detalle a la escritura, Señor Rey su texto, me encanta, toda la razón. Lo difícil es escribir con sencillez y además que sea interesante el contenido, no pamplinas. Lo difícil también es tener ingenio, por eso es mejor escribir cuando se está inspirado y no escribir por escribir.
ResponderEliminarLa inspiración... Hum. Yo no creo mucho en ella. O sí, vete a saber. De lo que nadie puede dudar es del trabajo que lleva estar inspirado a horas fijas. Saludos.
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