lunes, 27 de abril de 2015

AFORISMO GORDO Nº 2

A lo que te dé la gana de pensar

AFORISMO GORDO DOS: Le preguntaron a aquel sabio escondido en la montaña cuál era la mayor virtud que podía atesorar el hombre. “¿La bondad, maestro? ¿La perseverancia, la paciencia...? Dínoslo, que anhelamos escucharlo de tus labios”. El sabio entrecerró los ojos y meditó durante días. Al cabo de los cuales, dijo: “Ni la bondad, por alta que sea, que lo es; ni la perseverancia, sin la que ningún logro se alcanza; tampoco la paciencia, que permite soportar las situaciones más adversas y enriquece paralelamente el alma... Ninguna de ellas, junto a otras que están en el ánimo de todos, pueden equipararse a la capacidad de ser escurridizo. Nada más alto –subrayó, clavando la mirada en las atónitas faces– y, sobre todo, provechoso para circular por esto que llamamos vida. ¿Por qué mierda pensáis –agregó–, que tuve que refugiarme en estos andurriales, sino porque me faltaba semejante y capital pericia?” Se marcharon los discípulos. El sol poniente, escondiéndose tras los elevados picachos de perpetuas nieves, prestó su mortecina rojez a los endurecidos y polvorientos calcañares del perplejo grupo, barrenando la ladera en su descenso... 



2 comentarios:

  1. Genial Señor Rey, magnífica y verdadera la respuesta del Sabio, como no era polifacetico ni escurridizo a la montaña, los discipulos se quedarían de piedra con la respuesta.

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  2. Existen personas que dicen que han intentado muchas veces delante de un espejo flexionar la cabeza, pero cuando ha llegado los momentos de bajarla no le han salido.

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