HUMOR ENTRE CASCOTES (ENIGMA)
-Me parece que hay alguien –se apretó ella contra el hombre, mirando aprensiva
por encima de su hombro.
La noche había caído sobre el parque, y la distanciada luz de las farolas aportaba un tinte tétrico a la escena.
-¡Tonterías! –dijo él.
-Vámonos.
Sus pies hacían crujir la arena mientras desandaban el sendero, flanqueado por las sombras oscuras del boscaje.
-¡Pero qué prisa tienes…! Eres tonta.
La mujer tironeaba de él en dirección a la salida.
-Tiene amigos terribles… Lo conozco. Nos quiere hacer daño.
Estaba a punto de las lágrimas. Él la detuvo.
-Mira, Laura: él desapareció para siempre, no volverá. Son imaginaciones tuyas. Es absurdo…
-¡Sí, sí…! –rompió a llorar, él la abrazó-. Pero tengo miedo –se recobró-. No nos quedemos aquí.
Llegaron a la verja. La llave estaba echada.
-¿Lo ves? –casi gritó ella, a punto de sucumbir al histerismo-. ¡No podemos salir! ¡Estamos encerrados! ¡Te lo dije, sabía que tenía razón!
-¡Laura, Laura! –la sacudió de los hombros-. No pasa nada. Iremos por el otro lado. Tranquilízate.
-Le desafiamos –dijo ella, vencida.
-Tuvimos que hacerlo, pero ya pasó. Él está muerto.
-¡Muerto!
-No tuvimos la culpa: se interpuso.
-Juró vengarse.
-Laura, esta conversación no tiene sentido. Estás impresionada…
-Sabes cómo era. El poder que tenía.
-No me importó. A ninguno de los dos nos importó…
Javier: Las preguntas que surgen de la situación pueden ser millares. Ese es la finalidad de la buena literatura: que los lectores nos preguntemos y que el autor no nos responda.(¿más enigma?)
ResponderEliminarGracias, señor escritor. Un abrazo.
Magnífico final: " No me importó. A ninguno de los dos nos importó…", ¿ Serán las ramas y sus sombras o serán las sombras de verdad las que buscan?
ResponderEliminarUn abrazo a ambos, al gran poeta que es Hernández Baruque y a la anónima Teresa.
ResponderEliminarUn abrazo para Usted Señor Rey, me ha encantado lo de " la anónima Teresa", Gracias. Saludos Coridales para el Señor Hernández y todos los demás lectores de este blog, que son timidillos a la hora de escribir, pero leer sí que lo hacen, en algunas ocasiones han escrito muy inteligentemente ciertos lectores. Firmado " La Anónima Teresa".
Eliminar¡Eah, ya me inventé una nueva palabra, en vez de Cordiales he puesto Coridales!, este lenguaje nos desafía.
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