A la dedicatoria en sí
UNO: La prisa es mala consejera. Pero extremadamente útil para coger un tren cuya salida es inminente.
DOS: El ideal totalitario: tener a todo el mundo conectado a algo y que lo haga de manera voluntaria.
TRES: Los libros de autoayuda, como su propio nombre indica, son esencialmente egoístas.
CUATRO: El niño ‘superdotado’ deriva a la inanidad rápidamente.
CINCO: Ponerse gafas para ver mejor es como ponerse una careta para ser más guapo. Un fraude.
SEIS: Con paciencia, se consiguen muchas cosas. Hasta aprender un oficio o leer un libro.
SIETE: Los de ciencias miran por encima del hombro a los de letras, y viceversa. Ambos grupos tendrían eventualmente razón.
OCHO: Aquí no pongo nada. No porque no se me ocurra, sino porque no me da la gana. Un acto de rebeldía gratuita.
NUEVE: Hombres y mujeres están hechos para complementarse y ayudarse. No quiero ir más lejos.
DIEZ: Se rumorea que estamos en los ‘últimos tiempos’. Lo que sí es verdad es que no son los primeros.
ONCE: ‘A Dios rogando y con el mazo dando’. Falta el sujeto paciente de la segunda parte del refrán.
DOCE: Si le haces un favor a una persona, posiblemente lo recuerde. Si le haces muchos, los olvidará todos.
TRECE: Los viajes interestelares de larga duración son inviables por la carga letal de las personas que habrían de llevar.
El dos muy sustancial, evidente. La eterna lucha entre letras y ciencias, cuando deberíamos aprender bien de los dos y mezclarlos, las mates se puede combinar con la literatura, así lo hacía Mozart que escribía al revés, patas arriba, su hermana hasta le temía en sus cartas, un poco pesaíllo Mozart pero de buen corazón. Con el ocho ha estado Usted muy bien, Señor Rey, así se hace, la rebeldía siempre es buena también para que no nos llamen tontos.
ResponderEliminarA mí ya no me llaman -ni me consideran- tonto. Esa época ya pasó. La echo de menos.
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