miércoles, 18 de marzo de 2015

LAS PELÁEZ (A la merienda)

HUMOR ENTRE CASCOTES (ENIGMA)

La  actividad principal de las Peláez, por la tarde, a partir de la hora en que se levantaban de la siesta, consistía en efectuar visitas. Los destinatarios de las mismas abarcaban socialmente un amplio abanico, si bien las hermanas centraban sus preferencias en dos sectores en principio antitéticos: uno era su propia clase, en la franja de los venidos a menos, que vivían de una renta exigua y con antepasados de abolengo; el otro lo conformaban los segmentos inferiores, no quienes mediante duro trabajo, mal que bien, salían adelante –con quienes rehuían todo contacto-, sino aquellos que habían sufrido una desgracia que dislocara la andadura familiar, por regla general un accidente, con resultado de hospitalización o muerte. Se debe precisar que las Peláez tenían asimismo la innata facultad de soslayar los casos turbios, principalmente los derivados de acentuada promiscuidad bajo el mismo techo. 
En lo que respecta a sus iguales, las Peláez disfrutaban de tardes memorables en torno a una mesita donde se disponía servicio de merienda, y desmenuzando detalles de antiguas y archisabidas anécdotas encarnadas por antepasados de hacía una o dos generaciones. Las Peláez se ruborizaban adecuadamente al tocarse de pasada la biografía escabrosa de un pariente, y también sus ojos brillaban de malicia al evocarse la actividad ruinosa de algún antiguo deudo, que iniciara el declive imparable de la casa anfitriona.
Todo el año visitaban las Peláez, dando honor y pábulo, y rodeando de pompa y aureola, a efemérides como Navidad, Semana Santa y santos a los que tenían devoción. 
Un invierno, se murió la mayor de las Peláez. 
Su hermana, de luto riguroso, prosiguió su rosario de estaciones, haciendo más emocionales las meriendas, hasta que un día, cinco años después del fallecimiento de la hermana, también se murió la menor de las Peláez.



1 comentario:

  1. Una buena radiografia del morbo de la gente, tan real como el sol. A la menor le llegó su ocasión, eso es lo malo que nadie cree que le pueda pasar lo mismo, insensatos que somos. Saludos.

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