HUMOR ENTRE CASCOTES (DISPARATE)
(Durante cinco jueves -éste es el quinto y FINAL, al menos de momento-, presentaré aquí la estampa de lo que ha venido siendo y figurando el "intelectual" español en los últimos veinte años, al vaivén de la alternancia política en el país, a la que se ha adaptado camaleónicamente de manera magistral.
Con objeto de contextualizar su lectura, se indica la fecha en que estos artículos fueron publicados. Los 4 primeros aparecieron en la Revista Argaya, de la Diputación de Valladolid; el último, por razones en las que no quiero escarbar, halló su acomodo en la Revista En taquilla, también de Valladolid.)
En esta última entrega, Florencio García Retortillo se extasía ante el regreso de los suyos al poder, del que fueron arrojados por sorpresa. Este eterno vaivén no debería preocuparle, pues jamás él y los suyos -la Cultura- dejaron de disfrutar de sus prebendas. Que la derecha es tonta es algo que no necesita demostrarse.
PERSONAJES:
ENTREVISTADOR de TV.
FLORENCIO GARCÍA RETORTILLO: escritor (¡!)
(Estudio de televisión. Una de esas cadenas donde se exhiben turgencias, redondeces y demás. Antes, mal que bien, lo podías aguantar, e incluso te gustaba, qué sentido tiene discutirlo; pero desde que también asoman chulos su charcutería, pues ya no es lo mismo, tú. Estudio de televisión, lo dejamos así, con focos, sillones, canapé, mesita y toda esa faramalla de diseño que cuesta discernir qué es y te da cosa preguntar, no vayas a quedar como un pardillo. De fondo, serigrafía de Tàpies o que hay un desconchón en la pared. El ENTREVISTADOR se retuerce como un sarmiento en la butaca, dirigiendo hacia arriba un humo que, antes, ha sorbido del pitillo. Enfrente de él, el entrevistado, nuestro viejo conocido FLORENCIO GARCÍA RETORTILLO, que se ha puesto como un fenómeno de feria y es que le van los asuntos viento en popa. Lo de 'popa' va con segundas, ¿lo pillamos?)
ENTREVISTADOR: Tenemos con nosotros, aquí, en nuestro programa, un programa que es de ustedes y de todos, y que pide permiso para entrar en sus hogares, a Florencio García Retortillo... (Le lanza una bocanada en pleno rostro.) Hola, Florencio, has venido...
FLORENCIO: Me habéis llamado. (Se arroba.) ¡La llamada! ¿Hay algo más hermoso que una llamada a la que el otro acude?
ENTREVISTADOR: Queremos tener contigo una larga entrevista, donde iremos entreverando...
FLORENCIO: ¿Qué significa esa palabra?
ENTREVISTADOR: ...Iremos entreverando el interés que suscita tu creación...
FLORENCIO: Sólo en la Universidad y a cuatro pijos.
ENTREVISTADOR: ...Con determinadas cuestiones palpitantes de la actualidad nacional, las cuales deseamos contemplar a través de tu prisma...
FLORENCIO: (Conato de ilusión.) Eso de prisma...
ENTREVISTADOR: No va por ahí. (Decepción del otro. Comienza.) La nueva situación política creada en las Batuecas tras el éxito electoral del partido del progreso, elevado al poder por la onda expansiva de la masacre…
FLORENCIO: (Aspaviento como si le metieran un palo de escoba astillado por el culo.) Un episodio terrible de dolor. Pero olvidémoslo, que ya cumplió su objetivo y no conviene tirar mucho de la manta. (Virtuoso.) Además, a sus autores dos o tres añazos no se los quita nadie. (Con sorpresa.) Ha pasado ya uno, cómo corre el tiempo... Pronto los veremos en la calle, reinsertados, como debe estar la gente honrada...
ENTREVISTADOR: Se te ve feliz, Florencio, orondo. Me recuerdas... (Busca la expresión.)
FLORENCIO: ¿A un gorrino hozando en la basura?
ENTREVISTADOR: Me lo has quitado de la boca... En el último año, a pesar del desgobierno que arrastra la nación, de que da la impresión de que el país se va a la mierda, al parecer según diseño minuciosamente calculado, te han llovido premios...
FLORENCIO: Nada raro hay en ello. Soy como el zopilote, que se alimenta de carroña.
ENTREVISTADOR: Como el vampiro...
FLORENCIO: Como el vampiro, no. El vampiro no deja de tener su dignidad. Tú mira la limpieza con que libaba de la yugular el conde Drácula y encima ellas le comían en la mano.
ENTREVISTADOR: Te estás poniendo las botas de nuevo...
FLORENCIO: Y eso que no me fue tan mal con la caverna, los herederos de los asesinos del poeta. Nos daban lo que pedíamos y más, que así de beocia es la derecha, que no supo calcular que, al tiempo, le hacíamos la cama. (Risita. Se ensombrece.) Aunque fueron años de angustia... Algunos pensamos que no volveríamos a tocar bola en la vida... (Con dureza.) ¡Pero ahora que han vuelto los míos es la apoteosis! Nunca mais...
ENTREVISTADOR: Eso es gallego. '
FLORENCIO: Una lengua oprimida, por eso la hablo... Nunca mais nos volverán a despegar de la poltrona. Haremos lo que sea. (Suelta un gallo.) ¡Lo que sea! El que quiera y pueda que lo entienda...
ENTREVISTADOR: No te creía tan gallardo...
FLORENCIO: No lo soy, pero me respaldan poderes. ¿Quieres saber cuáles?
ENTREVISTADOR: Me gustaría oírlo de tus labios.
FLORENCIO: Como que te lo voy a decir. (Risita.) Sólo te anuncio que son fácticos. Se les puede reconocer muy fácilmente. Ahora mismo están un poco preocupados, porque los pelagatos comienzan a pensar por cuenta propia. Pero algo harán. Son gente de recursos, enormemente persuasiva. No te engañes con su aspecto de capados.
(El ENTREVISTADOR emite bocanada hacia lo alto, configurándose la vieja serie Rin tin tin. El cabo Rusty, al fin y al cabo niño, se ha atracado de mermelada a espaldas del sargento, el cual hace lo propio con una caneca de whiskey que ha requisado al agente de asuntos indios, que por su parte lo endilgaba, mezclado con orines, a la noble tribu que vegeta en la reserva, degenerándose y no pudiendo cumplir ni de día, en el trabajo, ni cuando se apaga el sol, y están ellas que trinan. Hay mucha indignación y, por la noche, cánticos, tambores. Pero como el experto en folclore indígena no aparece -algunos dicen que ha muerto de ruleta rusa; otros, que le picó un crótalo en la picha-, nadie sabe calibrar si van a desenterrar el hacha de guerra o se trata nomás de un desahogo. Al final, tiene un papel acertado y decisivo Rin tin tin, comunicándoselo al joven cabo, con lo que todo se arregla hasta la siguiente, que volverá a estallar, no habiéndose extirpado la semilla.)
ENTREVISTADOR: Cuéntanos tus proyectos.
FLORENCIO: (Rutinario.) Los de siempre. Sobre el denominador común de rebañar la máxima manteca, lucir como paradigma de las letras patrias, y perdón por lo de patrias... ¿Sabes que estoy teniendo proyección al extranjero?
ENTREVISTADOR: Hemos vuelto al corazón de Europa...
FLORENCIO: ¡Me llaman, me requieren...! Bien es cierto que luego me obligan a que pase la fregona, debe de ser porque es invento de aquí, de las Batuecas... Yo lo vivo como un homenaje a nuestra esencia...
ENTREVISTADOR: De ilusión también se vive...
FLORENCIO: ¡Y no me falta! ¿Te conté que se me vuelve a poner dura?
ENTREVISTADOR: Lo he leído en prensa. (Calada.) ¿De qué va tu último libro? La centralita cruje de llamadas...
FLORENCIO: (Amanerado.) Mentirosón... Lo contaré de todas formas... Es uno cuya vida no tiene sentido, como la mía, y trabaja en la Universidad, donde comenzó vaciando escupideras... Como es un poco lerdo, ha alcanzado el puesto de rector... Y en esto, se le aparecen unas hadas que trasfiguran su cotidianeidad hasta el punto de que se lo notan los demás y le comienzan a suceder portentos... La Universidad va de puta pena, que eso no hay quien lo arregle y con mi protagonista de caudillo, menos... Luego el tema se complica, hasta llegar a la página cuatrocientas, que es a mí la que me gusta, porque el lector, y si es lectora pues también, se han vuelto majaras sin remedio, que es el efecto que provoca mi prosa, motivo por el cual los mejores periódicos de España... perdón, de las Batuecas, ponen mi libro por las nubes colocándolo en la lista de los súper... (Palmaditas.) Y es aquí donde me forro...
(El ENTREVISTADOR vomita en una bolsa de papel que porta a los efectos. Acto seguido, aspira con fruición de su cigarro y llena la atmósfera de humo. Quien más, quien menos ve formarse una criada harta de currar y de que, en paralelo, la levante las enaguas el cabeza de familia, hombre pundonoroso de bigote y mosca. A consecuencia de las reiteradas incursiones, tiene un hijo, que es colocado de hortera en una mercería, al otro lado de cuyo mostrador acumula odio de clase. Su madre, a todo esto, sigue ganándose el pan, por así decirlo. El propietario de la mercería llega un día que protesta de que su negocio ya no admite más mancebos, pero el de arriba, por algún motivo que desconocemos, le tiene bien cogido de los huevos. Esta paparrucha te da para dos folios; tampoco más, que aburre. Ojito con abusar de la vena sicalíptica, que luego adquieres una fama que no te beneficia. Llamar a X, a ver si se lo puedes colar, no creo. Emborracharle. Amenazarle con difundir lo de la espeleología con su primo y el que cada domingo se extravíen en la cueva.)
ENTREVISTADOR: Dime, Florencio...
FLORENCIO: Lo que haga falta.
ENTREVISTADOR: Se rumorea que se está activando la ingeniería social... ¿Qué sabes del tema?
FLORENCIO: No es un rumor. Es tan cierto como que tú y yo estamos aquí hablando.
ENTREVISTADOR: ¿Qué se pretende?
FLORENCIO: Dar la vuelta al populacho, a sus costumbres, como un guante. Como un calcetín, si lo prefieres.
ENTREVISTADOR: ¿De qué manera?
FLORENCIO: Te pondré un ejemplo. ¿Has oído hablar de la mariposonería andante?
ENTREVISTADOR: Quién no.
FLORENCIO: Se pretende que sea obligatoria. Y que se acompañe de apostasía religiosa en toda regla. Así matamos dos pájaros de un tiro. El borrador está listo. Hay preparada una votación en el Congreso, imputándole a la clerigalla la causa secular de nuestros males. (Arruga el ceño. Suelta un cuesco. Se funden los plomos que arreglan en seguida.) Pero debemos ser cautos. La ciudadanía, aunque no se entera de la misa la media, y perdón por lo de misa, está aún muy verde. De momento, únicamente acepta los primeros pasos.
ENTREVISTADOR: Me cuesta creer lo que me cuentas.
FLORENCIO: ¿Me estás llamando embustero?
ENTREVISTADOR: Te llamo lo que me sale de la minga.
FLORENCIO: Añado más: yo y mi grupo, que es el tuyo y el de la gente concienciada, contribuimos a través de nuestro arte a modelar las mentes. El cine, el teatro, la novela... Sin olvidar la educación, importantísima para que el hijo del trabajador no promocione. Llevamos años haciéndolo, ja, ja, ja... (Risa vesánica.) Todo confluye a su objetivo, como los radios de una rueda hacia su centro.
ENTREVISTADOR: Ingenioso símil...
FLORENCIO: No es mío. Espera que lo apunto. Luego se me olvida, y a saber si se me ocurre otra... (Prosigue.) Aquí, el que no sea invertido y descreído, y no dé muestras registradas ante notario, preferentemente audiovisuales y en pelotas, sin olvidar jadeos, no tendrá nada que hacer.
ENTREVISTADOR: La operación es de calado... ¿Se espera reacción?
FLORENCIO: El fascismo nunca descansa, como sabes. Pero tenemos formas de neutralizarlo, aún inéditas en la historia del país.
ENTREVISTADOR: Dame una pista.
FLORENCIO: No quiero.
ENTREVISTADOR: Venga...
FLORENCIO: (Se retuerce las manos.) No es que no quiera; es que tampoco estoy al tanto de los pormenores. El plan último sólo es conocido de unos pocos. Lo que sé es que están escudriñando vidas y haciendas, con objeto de localizarle al ciudadano el flaco. Luego metemos por ahí la estaca. Recuerda la canción: si tú la metes por aquí, yo la meto por allá...
ENTREVISTADOR: Da miedo...
FLORENCIO: El que se someta no tendrá nada que temer. El que resista... (Muestra las palmas, donde la quiromancia leería, entre otras lacras, cobardía, ruindad, amor por el dinero, jesuitismo partidario de la teología de la liberación…)
(Calada del ENTREVISTADOR, que luce ojos vidriosos. A través de ellos, discierne entre volutas un algodonal. Negros y negras, trabajando de sol a sol, motivo por el que lucen intenso bronceado. La sociedad está dividida: unos son partidarios de la esclavitud y otros no. Mejor dicho: todos son partidarios, pero unos lo proclaman y los restantes lo silencian. A todo el mundo le gustaría tener esclavos, no te jode, por no decir esclavas, del color que fuera, que no hay que ser racistas, un defecto de lo más feo, como escupir en las aceras. Hay una guerra, que se salda con victoria y derrota, dependiendo del lado que te pille. La vida sigue.)
ENTREVISTADOR: (Un poco sollozando.) Me gustaría acabar con este diálogo, si es posible. (Mira angustiado alrededor, como pidiendo socorro.)
FLORENCIO: (Amenazante.) No flaquearás, ¿verdad?
ENTREVISTADOR: Ésta es tu cadena amiga, lo sabes...
FLORENCIO: Por la cuenta que te tiene.
ENTREVISTADOR: Finalizamos esta entrevista, queridos telespectadores, una de las más difíciles de mi ya larga trayectoria profesional, y menos mal que estoy próximo a la jubilación, eso si el tabaco no me mata antes... (Mirándole entre empavorecido y asqueado.) Florencio García Retortillo, representante eximio de las fuerzas de la cultura, ya me entienden, que esta vez, él y los suyos, han venido para quedarse...
(TELÓN apresurado.)
(2005)