A lo humano y lo divino
AFORISMO GORDO ONCE: Herman, personaje de Bashevis Singer (“Enemigos, una historia de amor”): ‘Había visto una Biblia (...) La hojeó y encontró los Salmos: Ten piedad de mí, ¡oh, Yavé!, porque estoy angustiado. / La tristeza consume mis ojos, / mi alma y mis entrañas. / Pues mi vida se consume en el dolor, / y mis años, en gemidos. / Mi vigor enflaquece por la aflicción, / y mis huesos se consumen. / Soy el oprobio de todos mis opresores, / objeto de terror para mis vecinos / y de espanto para cuantos me conocen. Después de leer estas palabras, Herman se preguntó por qué aquellas frases se ajustaban tan bien a todas las circunstancias, a todas las épocas y a todos los estados de ánimo, mientras que la literatura secular, por buena que fuera, perdía vigencia con el tiempo.’
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Así es Señor Rey, así es...todo un acierto, " ajustarse a todos los tiempos".
ResponderEliminarEl texto lo dice todo. Nada que añadir.
EliminarMe refiero al último párrafo muy acertado.
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