miércoles, 11 de noviembre de 2015

CANCIÓN DE CUNA (A la nana)

HUMOR ENTRE CASCOTES (ENIGMA)

-Sería mejor que te murieras –murmura la madre a su bebé, en la cuna-. Si no hubieras nacido, tu padre aún me querría. Seguiríamos saliendo por las noches, iríamos a bailar, como hacíamos antes. No así, que casi no lo veo, viene poco, y cuando siento la llave en la puerta y aparece, me mira serio y en seguida se dirige a su despacho. Ha cambiado y tú tienes la culpa. Tendría que ahogarte con la almohada. Has hecho que tu padre se me aleje y creo que nunca te lo voy a perdonar. Tu padre ha sido siempre muy alegre. Cuando lo conocí, llevaba mucho tiempo mirándome y yo hacía como que no me daba cuenta. Mis amigas y no nos reíamos. Un día, por fin, se presentó. Dijo que le habían destinado a la ciudad, que apenas conocía a nadie. Nos invitó a un helado. Luego nos seguimos viendo, todas las tardes se presentaba puntual en la cafetería. Alguna vez (lo hicimos a propósito: ya se había fijado definitivamente en mí), no fuimos. Al día siguiente me preguntaba dónde habíamos estado y yo me reía. Él también reía y me intentaba coger de la cintura. Luego, comenzamos a salir él y yo solos. Nunca le vi triste, ni siquiera cuando se mató su compañero, el que vino con él a la ciudad. Me dijo que se lo había anunciado muchas veces, pero que él pensaba que estaba bromeando. Dijo que era mejor y no perdió su buen carácter. Nos unimos más. Íbamos a los bailes, tu padre siempre de uniforme. Volvíamos a toda prisa para que le diera tiempo de dejarme en el portal, antes de que se arriara la bandera en el cuartel. Tú nos has separado, vida mía, y sería mejor que te murieras, así tu padre y yo volveríamos a salir juntos por las noches, en primavera saldríamos al campo y en verano nos bañaríamos en el río y regresaríamos a casa abrazados y cansados después de un día entero al aire libre. Pero estás dormido y no me oyes. Hace frío y me da pereza levantarme para echarme encima una chaqueta. No quiero que te acatarres, tápate. Asoma solamente la naricilla, espera que te coloque bien el embozo. No te muevas. ¿No ves que hace frío y te tengo que tapar? Sigue durmiendo, no vayas a enfriarte.



4 comentarios:

  1. El Fondo es tierno y lo dice claramente el final del texto, aunque no elude una gran verdad, las vidas de parejas cuando llegan los niños, y es algo normal, cambian....porque los niños roban sin ellos quererlos, tiempo que se necesita para ellos, la vida de pareja pasa a un segundo plano. Hay hombres que suelen comprenderlo y muchos otros no...y la que tenga tiempo de fiestas y tacones de lujos....no sé si querrá mucho a sus hijos...o tiene un hijo de cada Señor rico para llevarse la pasta a casa sin esfuerzo....


    Me ha gustado el texto, real pero tierno.

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    1. En realidad, no sé qué he querido decir con este cuentito. Nos pasa mucho a los genios...

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    2. Siga siendo un genio entrañablemente inteligente y dulce, no cambie nunca, Señor Rey. Hasta yo misma no sé qué quiero decirme a veces, un beso. Usted ha querido decir, que como opinaba Dumas, Dickens, Beethoven, Mozart, Baroja, Delibes, el amor y la bondad son los símbolos más valiosos de la vida.

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    3. Muchísimas gracias, Anónima Teresa. Aunque matizaría mucho su opinión sobre mí, extremadamente amable e hiperbólica. Pero gracias.

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