domingo, 21 de febrero de 2016

"NARRACIÓN DE ARTHUR GORDON PYM", Edgar Allan Poe

RESEÑA NOVELA

"Narración de Arthur Gordon Pym", Edgar Allan Poe (1809–1849) - El protagonista se embarca clandestinamente en el barco capitaneado por el padre de su amigo. Les consume a los jóvenes el afán de aventuras y la sed de viajar, impaciente arranque muy similar al de Robinson Crusoe, de Defoe, escritor admirado por nuestro autor. Lo que comienza como una travesura juvenil pronto da paso a una sucesión de horrores, justo castigo a la hipocresía con que el joven Arthur engañó a su familia para partir de casa. Única novela de su autor, se sitúa entre narración onírica y de aventuras, conteniendo escenas antológicas de angustia y de terror, como los días que pasa nuestro protagonista de polizón en la bodega del barco, con detalles que no vamos a desvelar. Las situaciones límite se suceden, tanto a cargo de los hombres, como las derivadas del avance continuo hacia las ignotas regiones del paraje antártico, cuya naturaleza esconde un inusual misterio. El mundo es hostil, parecería ser el mensaje de la novela, y poco cabe esperar de los hombres, cuyos caracteres se presentan como audaces e inmisericordes, por un lado, y bondadosos y abúlicos, por el otro, sin apenas un polo intermedio, que podría ser el propio protagonista. Poe, insoslayable autor de relatos góticos y de fantasía, en los que mezcla a partes iguales la lógica cerebral y la imaginación fantástica, se recrea aquí en sus atmósferas cerradas y agónicas, bajo la formal cobertura de novela marítima y de aventuras. El final abierto y enigmático de la obra provocó secuelas, algunas a cargo nada menos que de Jules Verne -La esfinge de los hielos- y Howard Phillips Lovecraft -En las montañas de la locura-.



4 comentarios:

  1. Siempre he tenido curiosidad por leer al autor, a ver si me animo y lo hago, me llama la atención.

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    1. Ésta es la única novela que escribió. Luego están sus memorabilísimos relatos, con sus oprimentes atmósferas. Imprescindible.

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  2. ¡Ay si son tres monstruosos genios literarios!, siempre hay que leerles. Un abrazo, Señor Rey.

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