HUMOR ENTRE CASCOTES (CAPRICHO)
(Carraspeo estático. El dial sintoniza una emisora. Cinco horas de la mañana.)
¡Noticia de última hora, queridos radioyentes! Según los meteorólogos del país, que lo acaban de saber por el satélite, el huracán “Nenaza”, uno de los más intensos y peligrosos de los últimos tiempos, se desplaza a toda velocidad hacia las costas de Florida, donde se teme arramble con todo lo que pille. Claveteen puertas y ventanas y si no han efectuado acopio de alimentos y de whiskey, pues cómo les diríamos que ya es tarde. Ser previsor en la vida es lo que vale...
(Seis de la mañana.)
¡Lo que contábamos! Se confirma la virulencia de “Nenaza”. Varias embarcaciones y yates de recreo han resultado hundidos, sin que desgraciadamente se hayan podido atender sus repetidas blasfemias y llamadas de socorro, y mira que esta emisora, puntera en las ondas, había avisado una hora antes. ¡Ya saben ustedes, queridos radioyentes, lo que puede ocurrirles si no nos sintonizan, je! El que avisa no es traidor...
(Las doce del mediodía.)
“Nenaza”, como era de prever y hemos venido informándoles a ustedes, ha comenzado su andadura en tierra. Cantidad de viviendas han volado por los aires, dejando a sus aterrados ocupantes en distintas y desairadas poses, en un remedo de “El diablo Cojuelo”, un libro latino que no vamos a glosar aquí, que éste es un espacio de máxima actualidad y además serio. Sí apuntamos, meramente, que no teníamos noticia de lo que trajinaba la nación bajo el alero. En cuanto pase este follón, el periodismo amarillo se pondrá las botas. Las fotografías están disparando su precio en las subastas...
(Las catorce horas.)
“Nenaza” ha incrementado, si cabe, su furor. Tras levantar las faldas a una reata de jamonas, evidenciando unos muslos y etcétera que gloria a Dios en las alturas, también ha deshecho numerosas permanentes a señoras, dejándolas como locas piruleras, con lo que la tasa de infartos y divorcios se ha disparado en el Estado. El Gobernador ha lanzado un mensaje de tranquilidad y calma, pero la comunidad se lo está pasando por la piedra, que, como con el velo de Penélope, una extranjera, lo que el Gobernador teje por un lado, “Nenaza” lo deshilacha por el otro...
(Veinte horas.)
¡Hétenos aquí, queridos radioyentes, encerrados en el cuarto de la limpieza, entre cubos y fregonas, que es el único reducto que nos ha quedado intacto y lo que aguante! El heroico periodismo hablado, compañeros y compañeras aquí de la emisora, permaneceremos en esta trinchera a su servicio, que es una forma de hablar, pues si pudiéramos, que no podemos, que “Nenaza” ulula y desbarata más allá de estos tabiques, nos daríamos el piro y ustedes tendrían que informarse por la ouija. Invitamos a que nos acompañen en la salmodia del “Jesusito de mi vida”, a ver si logramos enderezar algo por la vía ultraterrena, de lo que aquí somos francamente escépticos...
(Varios días después.)
Perdonarán nuestra afonía, queridos radioyentes, pero el supremo deber de mantenerlos a la última nos ha dejado la garganta hecha cisco. Hemos agotado las juanolas. También, y les rogamos sean benévolos, la vieja lacra del canibalismo ha hecho presa en nosotros, aunque en su variante más benigna, limitándonos a pegarles a ellas mordiscos que nos han devuelto con similar enjundia. ¡Hemos pasado un buen rato, coño! En cuanto a “Nenaza”, entendemos que continúa como el consabido paquidermo en la tienda de cerámicas...
(Al mes.)
Nos hemos hecho a esta vida. ¿Que por qué? Digamos que la ventolera de afuera justifica la psicológica que nos ha dado a cada cual. Del mundo exterior, ráfagas incluidas, no queremos saber nada: bastante estuvimos como puta por rastrojo, con el sueldo cicatero que nos alcanzaba apenas para invertir en la hipoteca a medio siglo. Somos más libres, más serenos, nos hemos conocido más y el gusto es nuestro. ¿Cómo nos alimentamos y de qué manera atendemos las necesidades primarias y las más elaboradas? A ti te lo vamos a contar. Ésta es nuestra última emisión. Ahora nos disponemos a jugar a un juego, la mar de goloso, que nos hemos inventado y que nos entretendrá las próximas jornadas. ¿A que damos envidia? ¡Te lo debemos, “Nenaza”!
Twittear
Gracias, Señor Rey ¡ me he divertido tanto leyendo su peripecia con " Nenaza"!, su nombre es más pintoresco que los puestos a los demás huracanes. Además los radioyentes lo hemos pasado de miedo porque ha contribuido con sus palabras sonoras a la imaginación más grandiosa. Muy sincero final, así acabaremos de todas maneras, al paso que vamos...nada de tantos materialismos, ni lujos, ni vacaciones, ni tacones de tantos euros ni comilonas en tantos restarurantes de lujos donde se puede divisar la mayor vulgaridad al fin y al cabo, a saber...nuestra imaginación piense...
ResponderEliminarMagnífica su radio, Señor Rey, me alegro que acabaran bien.
Gracias. Pero yo, pocos materialismos, ni lujos, ni vacaciones, por no hablar ya de los tacones, hasta ahí podíamos llegar.
ResponderEliminar