Al cierzo
UNO: Los hombres las prefieren tontas. No tardan en descubrir que
no lo son.
DOS: Afirmar que algo es imposible significa que se conseguirá pronto.
TRES: Para el dolor de cabeza, lo mejor es un martillazo en el dedo.
CUATRO: Contemplando la vastedad del cosmos, Fulano se sentía insignificante. En su caso era cierto.
CINCO: Se puede escribir por encargo. Jamás se debe escribir bajo consigna.
SEIS: La bondad y la maldad se encubren siempre.
SIETE: Dos errores muy comunes sobre Cela: 1) Sólo la primera parte de su obra es válida; 2) De genio verbal, carecía de imaginación tabuladora.
OCHO: No hay que llorar antes de tiempo.
NUEVE: Heráclito: “Todo pasa, nada permanece”.
DIEZ: La profecía: “Vas perdiendo la batalla, y tus tropas, incluidos algunos oficiales, desertan de tu campo. No sabes ya en quién confiar. Se mueven a tu espalda las cortinas y cuando te giras sólo hay aire. Los corredores del palacio están vacíos, y un crepúsculo de nubes cenicientas se introduce por los ventanales por donde antes te asomabas a recibir las ovaciones. No puedes ya rectificar. Tampoco quieres. Obtuviste al fin lo que buscabas”.
DOS: Afirmar que algo es imposible significa que se conseguirá pronto.
TRES: Para el dolor de cabeza, lo mejor es un martillazo en el dedo.
CUATRO: Contemplando la vastedad del cosmos, Fulano se sentía insignificante. En su caso era cierto.
CINCO: Se puede escribir por encargo. Jamás se debe escribir bajo consigna.
SEIS: La bondad y la maldad se encubren siempre.
SIETE: Dos errores muy comunes sobre Cela: 1) Sólo la primera parte de su obra es válida; 2) De genio verbal, carecía de imaginación tabuladora.
OCHO: No hay que llorar antes de tiempo.
NUEVE: Heráclito: “Todo pasa, nada permanece”.
DIEZ: La profecía: “Vas perdiendo la batalla, y tus tropas, incluidos algunos oficiales, desertan de tu campo. No sabes ya en quién confiar. Se mueven a tu espalda las cortinas y cuando te giras sólo hay aire. Los corredores del palacio están vacíos, y un crepúsculo de nubes cenicientas se introduce por los ventanales por donde antes te asomabas a recibir las ovaciones. No puedes ya rectificar. Tampoco quieres. Obtuviste al fin lo que buscabas”.
Debemos hacer caso del ocho y nueve, buenos consejos, y el diez muy significativo con lo del palacio me ha recordado a la època renacentista en Italia, tantos espias palaciegos y esas cuestiones.
ResponderEliminarVuelvo a darle las Gracias, Señor Rey por hacernos pasar un rato divertido con sus ocurrencias inteligentes en una época de tantas penalidades.
ResponderEliminarGracias a usted. Mañana, más.
ResponderEliminar