A la imbatible pertinacia
UNO: No vive más quien más se mueve; no se mueve más el que más lejos
se desplaza; y desplazarse sin motivo trae el inconveniente de la
almoneda del espíritu. Llega un momento en que no sabes quién eres. Ni por
qué eres.
DOS: Machado (don Antonio), en Juan de Mairena: “Cada día, señores, la literatura es más escrita y menos hablada. La consecuencia es que cada día se escriba peor, en una prosa fría, sin gracia, aunque no exenta de corrección, y que la oratoria sea un refrito de la palabra escrita, donde antes se había enterrado la palabra hablada.”
TRES: El hombre contemporáneo culmina habitualmente sin problemas su desarrollo físico. Su desarrollo moral e intelectual, empero, no suele rebasar de la niñez o adolescencia. El hombre contemporáneo juega toda su vida.
CUATRO: Regla de vida: No vayas donde no te quieren.
CINCO: La confusión ha llegado a ser total. Antes, un asesino tenía cara torva y la policía lo detenía nada más pisar la calle. Ahora, puede ser un dechado de simpatía y buenas maneras. ¿Cómo, entonces, ponerle las esposas? Sin contar con que se te echaría encima la multitud.
SEIS: Las cosas son como son. Pero ¿cómo son? La investigación, espoleada por la propaganda, pone todo el acento en la ocultación.
SIETE: Para desinformar, inundar de información: constante, abrumadora, irrebatible, con abundancia de cifras y aparato técnico.
DOS: Machado (don Antonio), en Juan de Mairena: “Cada día, señores, la literatura es más escrita y menos hablada. La consecuencia es que cada día se escriba peor, en una prosa fría, sin gracia, aunque no exenta de corrección, y que la oratoria sea un refrito de la palabra escrita, donde antes se había enterrado la palabra hablada.”
TRES: El hombre contemporáneo culmina habitualmente sin problemas su desarrollo físico. Su desarrollo moral e intelectual, empero, no suele rebasar de la niñez o adolescencia. El hombre contemporáneo juega toda su vida.
CUATRO: Regla de vida: No vayas donde no te quieren.
CINCO: La confusión ha llegado a ser total. Antes, un asesino tenía cara torva y la policía lo detenía nada más pisar la calle. Ahora, puede ser un dechado de simpatía y buenas maneras. ¿Cómo, entonces, ponerle las esposas? Sin contar con que se te echaría encima la multitud.
SEIS: Las cosas son como son. Pero ¿cómo son? La investigación, espoleada por la propaganda, pone todo el acento en la ocultación.
SIETE: Para desinformar, inundar de información: constante, abrumadora, irrebatible, con abundancia de cifras y aparato técnico.
El dos me ha encantado, lo dicho por D. Antonio, toda la razón.
ResponderEliminarEs que el maestro es el maestro.
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