RESEÑAS NOVELA
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Raffles, de E. W. Hornung (1866–1921) - En el corazón de cada hombre existe, normalmente soterrada, la pulsión antisocial. Cuando se combina literariamente con un ánimo juguetón, da lugar a obras como ésta. La figura del caballero que roba por diversión aparece aquí en una de sus modernas entregas. El autor era cuñado de Conan Doyle, a cuyo personaje Sherlock Holmes, que no necesita presentación, se propuso dar la réplica, bien que situándolo al otro lado de la ley. Surgió así la figura de Raffles, tan atractiva como la de su oponente de ficción e igualmente ducho en disfrazarse e imitar acentos suburbiales. El Watson de Raffes aquí se llama Bunny, imantado como el otro por la personalidad de su amigo, a quien también acompaña en sus correrías y cuyas hazañas asimismo narra. Allanamiento de palacios y mansiones suntuosas, robo de joyas, peripecias peligrosas… son el envolvente común de estas historias, protagonizadas por Raffles con espíritu travieso. Robin Hood es su predecesor remoto, tanto en planta como en carácter, no tanto en el destino de sus hurtos. Y sus homólogos más o menos en el tiempo, Arsène Lupin, surgido de la pluma de Maurice Leblanc, y Simon Templar, El Santo, de Leslie Charteris, todos pródigamente trasladados a la pantalla. El delincuente que no mata, sino que detrae del rico y pudiente, por vía del robo, lo accesorio, ha contado y contará siempre, qué le vamos a hacer, con la simpatía de no pocas personas y lectores.
¡Me ha caído simpático este personaje, como estamos cansado un poco de Sherlok
ResponderEliminarSí, pero ah, Sherlock...
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