martes, 8 de diciembre de 2015

"EL CRÍTICO", Richard Brinsley Sheridan

RESEÑA TEATRO


"El crítico", Richard Brinsley Sheridan (1751–1816) - Obra satírico-burlesca, su argumento es el ensayo de una tragedia -La Armada Española- en presencia del autor -señor Puff-, un crítico -señor Sneer-, un aficionado y medio mecenas del teatro -señor Dangle- y los actores y actrices, apuntador, etcétera, y con las continuas apostillas de todos ellos. En el primer acto, se nos presentan aquéllos, junto a la señora Dangle, escéptica y burlona con las aspiraciones del marido, y Sir Fretful Plagiary, plagiador con el enfermizo temor de ser plagiado. El texto es hilarante, los diálogos brillantes y felices, a lo que se presta la obra ensayada, de tema español y repleta de recursos exagerados y ridículos. El señor Puff -finchado autor y, posiblemente, la creación más afortunada de una obra llena de personajes memorables- nos aporta una personalidad a caballo entre la picaresca y el directo engaño, haciéndose pasar, dependiendo de sus vicisitudes, enfermo, viuda con seis hijos o trampantojos de parecida ralea menesterosa, viniendo también ser un precursor de lo que ahora entendemos como publicidad engañosa. A los propios personajes de la comedia, deben sumarse los de la tragedia que se ensaya, que se supone en el marco del enfrentamiento inglés y español, durante el reinado de Felipe II: las pomposas y fatuas autoridades, don Ferolo Whiskerandos, hijo del Almirante español preso, del que se enamora Tilburina, hija del gobernador del Fuerte, y comparsas de distinta posición. Duelos, batallas navales, pérdida de razón de la protagonista (con sus correspondientes aspavientos) y personificación de los ríos ingleses, incluidas sus riberas… La obra sirve al autor, además de para servirnos un plato de diversión asegurada, para la parodia de actitudes teatrales propias de la época y de la sociedad, en particular de sus capas elevadas, siendo también extrapolable al momento actual.



3 comentarios:

  1. Toda la razón: " para la parodia de actitudes teatrales propias de la época y de la sociedad, en particular de sus capas elevadas, siendo también extrapolable al momento actual.", yo añadiría las capas no tan altas también.

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  2. Casi todo es extrapolable, menos Usted y yo, Señor Rey.

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