miércoles, 30 de diciembre de 2015

ENTREVISTA DE BOTÓN DE MUESTRA (A la jeta)

HUMOR ENTRE CASCOTES (DISPARATE)

PREGUNTA: Es usted uno de nuestros más significados escritores, y me da la risa floja... ¿Cómo se convirtió en asiduo de la pluma?
RESPUESTA: La escritura me la suda, pero me jalearon...
P.: ¿Quiénes?
R.: La peña. Sin ella, yo no habría pasado de ser uno de tantos. En 
realidad, soy uno de tantos.
P.: ¿Qué mensaje pretende trasmitir con sus novelas?
R.: Como no sea allanar el camino ante las titis, por si me cae alguna 
contraprestación...
P.: ¿Reconoce influencias? ¿Se considera en deuda con algún autor? 
R.: Yo no me cierro a ninguna expectativa ni posibilidad. En una ocasión me quedé corto, y luego me dijeron que la tía era una cachonda. 
P.: ¿Cómo ve la novelística actual en España?
R.: Si quiere ponerse triste, se lo cuento.
P.: ¿Es una autocrítica?

R.: A usted qué le parece.
P.: ¿Experimenta el llamado “terror del folio en blanco”?
R.: ¿Yo? ¡Hasta que cuente entera mi vida en clave lírica...!
P.: Cultiva, pues, la novela autobiográfica...
R.: Yo no soy de los que mienten. Eso de que lo que estás leyendo te lo 
inventes, tendría que estar perseguido por la ley. ¡Pero así está la justicia! 
P.: En España, ¿se reconoce el talento?
R.: Ni falta que hace, que luego se te suben a la parra.
P.: Hábleme del mundo editorial.

R.: Será si quiero.
P.: ¿El que tiene padrinos se bautiza?
R.: Yo abrazo la fe de los mormones. Un montón de gorrinas a tu 
disposición y, además, contentas. Aquí sólo te dan una y a regañadientes. 
P.: ¿Su próximo proyecto?
R.: Un viaje a Utah, que es el domicilio de esa gente, por si no lo sabe. 
P.: Literario, quiero decir...
R.: También.
P.: ¿Tendría que ocurrir un cataclismo para que usted dejara de escribir? 

R.: No.
P.: ¿Cuál es lo segundo que más le gusta hacer?
R.: Ingeniosillo, ¿eh? Lo segundo también es lo primero. Pero 
cambiando de jaca, que en la variedad está la alcurnia. Aunque últimamente no sé qué pasa, que se van dando un portazo...
P.: Pruebe a cambiar los visillos del dormitorio.
R.: Miraré a ver.
P.: ¿Es usted feliz?
R.: Por regla general. Pero una vez me la tuve que cascar en el garaje. 

P.: ¿Le gustaría entrar en la Academia?
R.: ¿Qué más daño puedo hacer?
P.: Para terminar, hagamos a la inversa: pregúnteme lo que desee.
R.: Esa pilosidad que le asoma por la bragueta... ¿Es suya o se trata de 
un postizo?



2 comentarios:

  1. ¡Nunca cambie Señor Rey!, nunca deje de jugar como Mozart con sus creaciones y recreaciones. En cuanto a ciertos escritores o parejas de escritores, es decir marido y mujer, mejor que se queden escribiendo en casa y sepan cómo ganarse el pan con el sudor de sus frentes, sobre todo algún que otro que se pone el mundo por montera, y con ciertos aires.

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    1. Creo saber a qué pareja de escritores se refiere. Y dos cosas: 1) Nunca dejo de jugar, mal que me pese; 2) Y tampoco voy a cambiar, porque no sé. Qué le vamos a hacer. Gracias por su amable comentario.

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