1) Van a mogollón, porque solos les da miedo.
2) Son falsos rebeldes y verdaderos trápalas.
3) No es raro que estén en la Academia.
4) Son de izquierdas. Pero si volviera Franco le lamerían las botas.
5) Sus redacciones (sic) provocan diarrea. No sólo eso, sino que además aburren.
6) Siempre están olfateando de qué lado sopla el viento.
7) Lo copan todo. Gabelas, premios, etc.
8) Últimamente, se permiten un hastío estético (perdón por la cacofonía) por la situación del país. Y es que la tarta a repartir ha disminuido de tamaño.
9) Les gusta horrores el dinero. Mucho más que a la media de españoles.
10) Traicioneros y cobardes. Ellas, feas; yo me entiendo.
11) Aborrecen el pasado literario, que les hace (justa y abundante) sombra.
12) Viajan al otro lado del charco, con los gastos pagados dirás por quién.
13) Y cómo no, odian a la Iglesia.
De lo que antecede, resulta la situación de España, que han emponzoñado con sus tostas y ladrillos académicos, explicándose así el desplome de valores y el que todo vaya como puta por rastrojo. Si te pillo leyendo un libro suyo, te voy a mirar mal, lo sepas. (He puesto en negrita lo que me ha dado la gana.)
Ahí está el problema social: " Les gusta horrores el dinero". Y aborrecen el pasado literario, porque el pasado tiene mejores lecciones que el presente...
ResponderEliminarConocerá el dicho ése: "Más quisiera el gato que lamer el plato". Los de ahora, no le llegan a los anteriores ni a la altura de la suela. En cuanto al dinero, qué vamos a contar. El dinero nos gusta a todos, pero el verdadero escritor lo desprecia.
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