A la espinosa realidad
UNO: El juez encontró atenuantes en aquel terrible asesinato: la víctima le había contado a su verdugo el veraneo.
DOS: La felicidad es contagiosa. Por eso, se aísla cualquier brote.
TRES: Importante aviso en las ventanillas de los trenes: “Es peligroso asomarse al exterior”.
CUATRO: Sólo son ciertas las calumnias.
CINCO: Su vida se basaba en un trágico error. Pero ignoraba cuál.
SEIS: El hombre no puede perdonar a la mujer.
SIETE: El mal escritor: “Se había retrotraído a un pasado idealizado e imposible”. Hay que decir: “Fulano se acordaba de su madre”.
OCHO: De un western: “Ya te he enseñado a disparar. Ahora tienes que conocer a las personas. Y esto te llevará el resto de tu vida”.
NUEVE: No confundir carácter con mal genio.
DIEZ: Yavé al profeta Jeremías: “No tiembles ante ellos, no sea que yo te haga temblar ante ellos”.
ONCE: La oportunidad siempre pasa, pero nunca de la misma forma.
DOCE: El tribunal que juzgaba por antisovietismo a Joseph Brodsky le preguntó su profesión. Ante la respuesta de que era poeta y traductor, se sonrieron: eso no constituía trabajo de ninguna clase.
TRECE: Oído a un camarero: “No hay mujer tonta"
DOS: La felicidad es contagiosa. Por eso, se aísla cualquier brote.
TRES: Importante aviso en las ventanillas de los trenes: “Es peligroso asomarse al exterior”.
CUATRO: Sólo son ciertas las calumnias.
CINCO: Su vida se basaba en un trágico error. Pero ignoraba cuál.
SEIS: El hombre no puede perdonar a la mujer.
SIETE: El mal escritor: “Se había retrotraído a un pasado idealizado e imposible”. Hay que decir: “Fulano se acordaba de su madre”.
OCHO: De un western: “Ya te he enseñado a disparar. Ahora tienes que conocer a las personas. Y esto te llevará el resto de tu vida”.
NUEVE: No confundir carácter con mal genio.
DIEZ: Yavé al profeta Jeremías: “No tiembles ante ellos, no sea que yo te haga temblar ante ellos”.
ONCE: La oportunidad siempre pasa, pero nunca de la misma forma.
DOCE: El tribunal que juzgaba por antisovietismo a Joseph Brodsky le preguntó su profesión. Ante la respuesta de que era poeta y traductor, se sonrieron: eso no constituía trabajo de ninguna clase.
TRECE: Oído a un camarero: “No hay mujer tonta"
Así es, así es...Señor Rey no va mal encaminado: " La felicidad es contagiosa. Por eso, se aísla cualquier brote", tan contagiosa como la risa.
ResponderEliminarJejejejej, toda la razón: " Oído a un camarero: “No hay mujer tonta" , añadir, El camarero fue llamado por el Maitre a situarse dentro de la cocina y en voz baja le dijo: No hay Caballero listo".
Menos mal que yo no soy un caballero.
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