miércoles, 22 de octubre de 2014

PÉREZ (Cuando el silencio es oro o a saber)

HUMOR ENTRE CASCOTES (ENIGMA)

A Pérez –muchos lo vieron- le cachetearon a las siete de la tarde del domingo conforme se dirigía al baile de la pérgola. Llevaba su traje marrón de día de fiesta, un clavel rojo en la solapa y el pelo negro engominado sobre su cara ancha que incluía una sonrisa de perdonavidas. Pérez –lo observaron-, al recibir el bofetón, sacó velozmente la mano izquierda del bolsillo, donde jugueteaba con un manojo de catorce llaves, y se dispuso a devolver el golpe. Pero –y aquí también concuerdan los testigos- se contuvo extrañamente, recuperó el ademán y, luciendo de nuevo su sonrisa, siguió andando como si en lugar de la afrenta hubiera recibido el saludo de un amigo.
En el baile se comportó de la forma acostumbrada: sacó a bailar a unas y desdeñó a otras, invitó a limonada y la consumió él mismo, bromeó con sus muchos conocidos. Nadie se explicaba la reacción de Pérez, considerado con justicia un bravucón e incapaz de soportar el mínimo desaire. El motivo e identidad del agresor, ante la personalidad del agredido y su respuesta, quedaron inicialmente en un segundo plano, y sólo la necesidad de explicar de manera satisfactoria lo ocurrido movió a pesquisas ulteriores. Sin embargo, ni una persona fue capaz de presentar de aquél una descripción, aunque somera, ni decir si habló o insultó a Pérez, o se limitó a pegarle.
Era impensable preguntarle al propio Pérez, así que la  imaginación encontró campo abonado. Un hombre de experiencia dijo en francés que había que buscar a la mujer, queriendo señalar que existía de por medio un asunto de faldas y un marido ofendido. Se encontró a esta explicación un número casi infinito de variantes. Otro se inclinó por una apuesta, que habría ganado Pérez, y hubo quien apuntó la posibilidad de que se hubiera malinterpretado el episodio, tomándose por bofetada lo que posiblemente era otra cosa. Todos descartaron –hechos posteriores dieron fe- que Pérez se hubiera desfondado.
Durante un tiempo se habló de aquel domingo en que Pérez fue cacheteado yendo al baile.

2 comentarios:

  1. ¡ La intriga que tendrian todos con la historia secreta de Pérez!.Señor Rey, ¿ no suele ocurrir que a veces los demás saben más que los propios protagonistas?, es para reir, cuando sale alguna curiosidad por ejemplo, tal Señora fue la amante de este Señor , del otro, del tercero...la susodicha puede estar muerta de risa, porque en el fondo quizás, lo único que ha existido es que al tener una personalidad carismática, mujer guapa, inteligente, personalidad deslumbrante, generosa, contundente, afable, vamos alguien que brilla...¿ que pasaba ?, que muchos Señores se enamoraron realmente de la Señora y nunca fue amante de ninguno de ellos...pero los demás saben más que la propia implicada...


    Así es la Vida y el morbo...

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  2. Hum, qué idea para escribir algo...

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