Al soldado desconocido
DOS: Emplear la vida entera al servicio de tu obra (parece mucho, pero es poco).
TRES: Subordinar tu obra a un principio superior (cuanto más superior, mejor).
CUATRO: Investigar (el qué, cómo, cuándo y dónde de ti depende).
CINCO: Pensar.
SEIS: Estudiar (a tu manera).
SIETE: Leer.
OCHO: Ir a las fuentes (qué fuentes, me dirás; pues lo averiguas).
NUEVE: Conocerte a ti mismo.
DIEZ: Conocer a otros.
ONCE: No mercadear con el oficio (compatible con ganar dinero, si es que puedes).
DOCE: Aceptar el fracaso (y amarlo).
TRECE: Despreciar el triunfo (nada que ver con la zorra y las uvas).
CATORCE: No venderte.
QUINCE: No pactar.
DIECISÉIS: Escribir, por supuesto (y terminar lo que has empezado).
DIECISIETE: El canon literario existe (se pongan los demás como se pongan).
El uno está bien estando en tiempos de crisis. El Dos, ¡ dios mío antes la obra que tu propia vida!, el seis sí que es verdad algo muy personal cada uno tiene su método. Empezar y terminar buen consejo, porque empezar se empieza pero el terminar, Señor Rey los finales son difíciles o ¿ eran los comienzos?.
ResponderEliminarEstá bien, Señor Rey sí que me gustaría escribir, ¿ pero por dónde empiezo?.
Para empezar a escribir, lápiz (u ordenador) y taco de folios. Nada más hace falta. Pero no se lo aconsejo. Ya sabe lo que dice el Eclesiastés: escribir libros es tarea de nunca acabar. Mejor, leer. En cuanto a UNO, siempre estamos en tiempos de crisis. Y sobre principios y finales, no sé qué escritor decía, más o menos, que sólo había 3 momentos difíciles al escribir una novela: el principio, el medio y el final. Un saludo.
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