domingo, 6 de diciembre de 2015

"EL MISTERIO DE LA VILLA ROSA", A. E. W. Mason

RESEÑA NOVELA

"El misterio de la Villa Rosa", A. E. W. Mason (1865–1948) - Conocido sobre todo por su novela colonial Las cuatro plumas -llevada al cine en distintas ocasiones, no siempre con igual acierto-, la presente da comienzo al ciclo de narraciones policíacas que tienen como protagonista al inspector Hanaud, de la policía francesa, ayudado en sus investigaciones por el diletante Mister Ricardo. Durante las vacaciones estivales del segundo en la ciudad turística de Aix-les-Bains, se produce el asesinato por estrangulamiento de Camila Daubray, mujer acaudalada de una cierta edad. La principal sospechosa es Celia Harland, joven acompañante de la dama, desaparecida tras el crimen. La señora Daubray y Celia habían tenido esa noche, al parecer, una sesión espiritista, a las que era muy aficionada la primera. Pero las cosas no han salido como se esperaba. Harry Wethermill, enamorado de la joven, pide ayuda a Mister Ricardo, acudiendo ambos a la pericia y el consejo del inspector Hanaud, que se encuentra también veraneando en la zona. El crimen se desentraña hacia la mitad de la novela, cuya segunda parte se dedica a explicar las circunstancias y el trasfondo. El inspector Hanaud pertenece a la serie de detectives literarios que, influenciados por algunos precedentes, han servido de inspiración a otros, como el célebre Hércules Poirot, de Agatha Christie. La obra está llena de minuciosos detalles que se incorporan con naturalidad a la trama. Los caracteres son algo enfáticos pero resultan aceptables -la doncella normanda Elena Vauquier, el chófer Servettaz, el juez instructor Fleuriot, el joven policía Perrichez, descubridor del crimen...-, y suscitan alternativamente nuestra atención y también, en cierto caso, nuestro asombro. La historia incluye algún asesinato más, de orden tremebundo como el primero.



4 comentarios:

  1. ¡Señor Rey!, ¿ Usted no será un Detective por casualidad, no?.

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    1. No soy nada, en realidad. Me hubiera gustado ser detective, claro. Y aventurero, mendigo, sacerdote, agente secreto, cerrajero experto... Pero me quedé en lo que digo al principio, qué le vamos a hacer.

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    2. Y sí, mi género literario preferido quizá sea la novela policíaca. Eso de que nadie sea lo que parece y haya que adivinar quién es el asesino, como en la vida...

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    3. Ja, ja, ja...en esta vida hay que adivinar muchas cosas...

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